Liderazgo es una palabra que nos ha acompañado a lo largo de la vida –sí, desde las primeras formas de organización prehistóricas, hasta las más modernas empresas de la actualidad–, pero no siempre tenemos un panorama claro de la importancia y valor del concepto.
Entender el liderazgo como una práctica maleable, modificable y fluida es un paso necesario para reconocer el valor y su aportación hacia la forma en que cambiamos y mejoramos la manera en que nuestra empresa se desenvuelve.
Evolucionar la forma en que lideramos nuestras empresas puede transformarlas radicalmente y ayudarnos a conseguir las metas planteadas.
Antes de comenzar a examinar este fascinante tema, te propongo algo... hagamos un pequeño juego.
La dinámica es sencilla, solo tienes que completar la siguiente frase:
“Un buen líder siempre debe _______ ."
Toma tu tiempo y piensa tu respuesta detenidamente.
Listo. ¿Te diste cuenta? La forma en que hayas completado la oración es parte de tu estilo o tipo de liderazgo.
Ahora sabes que no solo basta con liderar; la forma o el estilo con el que lo hagas puede ser clave para alcanzar tus objetivos.
Para comenzar a entender el tema, es necesario parar un momento y comprender qué entendemos por la palabra liderazgo.
Según Forbes, el liderazgo es un concepto que se ha modificado en distintas etapas de la historia. Cada una le ha conferido u otorgado características propias que la definen con base en su contexto.
No obstante, en la actualidad podemos definir liderazgo como una herramienta de transformación.
Es decir, un instrumento mediante el cual puedes influir en tu organización, para encaminar a tus colaboradores a conseguir sus metas individuales y colectivas.
De esta forma, se puede ver que el liderazgo es una relación de influencias entre líderes y seguidores que intentan reflejar un cambio real en función de un propósito mutuo.
¿Por qué es importante un estilo de liderazgo?
Un estilo de liderazgo significa conocer el mejor rol o contar con la mejor carta dependiendo de la jugada que se quiera realizar.
Te explico: un estilo de liderazgo no se refiere a la personalidad del líder, sino a la capacidad de jugar ciertos roles según el momento del partido.
Elegir un tipo de liderazgo para tu empresa dependerá de su contexto; es decir, sus metas, su status quo, el número de colaboradores, giro, tamaño, etc.
Históricamente este podría ser el tipo de liderazgo más utilizado.
Los líderes autócratas generalmente centran toda su atención en el jefe o la cabeza de la organización.
Comúnmente ha sido utilizado en sistemas de organizaciones lineales, donde existe una clara división entre líderes y seguidores.
En este tipo de liderazgo, la cabeza mantiene toda la autoridad y responsabilidad, fomentando la toma de decisiones por su propia cuenta sin consultar a sus subordinados.
Su trabajo consiste en tomar decisiones y comunicarlas al resto de la organización.
Este esquema de trabajo genera un medio ambiente laboral con poca o nula flexibilidad y apertura para diferentes puntos de vista.
Dado esto, actualmente son pocas las organizaciones que optan por este tipo de líderes.
Entre sus principales adeptos podemos encontrar figuras como: Donald Trump, Leona Helmsley o Howell Raines.
El tipo de liderazgo de estrategia involucra distintos niveles dentro de la organización.
Pensemos que, en lugar de una organización vertical, se habla de una organización horizontal que apalanca sus funciones a través de distintos líderes de audiencias.
Dicho de otra forma, se distingue a los individuos que tienen un peso dentro de la organización a distintos niveles, para conocer diferentes puntos de vista en una misma empresa.
De esta manera se logra unir diferentes aspectos o visiones, para encontrar la solución que mayores beneficios deje a la compañía.
Algunos de los principales líderes estrategas son: Tony Blair, Hillary Clinton y Bill Gates.
Estos tipos de líderes comenzaron su auge a partir del año 2000.
Se desarrolló, normalmente, en sociedades con una diversidad cultural activa.
Esta forma de liderazgo se ha industrializado para responder a las necesidades de un mercado cada vez más globalizado.
Las organizaciones, especialmente las que tienen carácter de internacionales, son las que requieren este tipo de personajes que pueden ajustar su forma de trabajo en diferentes ambientes.
Dos de los países con mayor número de líderes interculturales son Estados Unidos e Inglaterra.
¿Puedes ver cómo este tipo de sociedades demanda líderes que representen las diferentes culturas que habitan en su territorio?
Algunas de las organizaciones que más utilizan este sistema son: Coca-Cola, IBM y Accenture.
La principal característica de este estilo de liderazgo reside en que los subordinados son involucrados en el proceso de toma de decisiones de la compañía.
A diferencia del modelo autócrata, el líder de esta organización se centra en la contribución de los empleados a los procesos y metas empresariales.
No obstante, sigue existiendo una responsabilidad primordial en el líder; este tiene la opción de integrar grupos de trabajo o proyectos para delegar su autoridad en distintas materias.
La principal característica de este modelo es el canal abierto de comunicación pluridireccional.
Actualmente es uno de los tipos de liderazgo más utilizados pues fomenta competencia, igualdad, creatividad, especialización, honestidad e inteligencia.
Algunas figuras destacadas de este tipo de líderes: Carlos Ghosn, George Washington y Abraham Lincoln.
A diferencia de otros tipos de liderazgo, el acercamiento transformacional se trata de incitar cambios en organizaciones, grupos o individuos.
De esta forma, los líderes motivan a sus colaboradores para lograr objetivos, cambios, superar expectativas o alcanzar una mejor performance de su equipo de trabajo.
Tal vez la principal característica de este tipo de líderes es su compromiso por satisfacer las necesidades de sus subordinados, para impulsarlos en la consecución de los objetivos.
Es decir, empoderan a sus seguidores, para gestar un cambio interno con personas comprometidas y satisfechas por sus logros.
Sus principales representantes son: Steve Jobs, Martin Luther King Jr. y Barack Obama.
El tipo de liderazgo de equipo involucra la creación de una imagen o una proyección de la compañía hacia el futuro, la dirección y el porqué de ella.
Esto, con la intención de generar una visión compartida por parte de los componentes de la compañía.
Un líder de equipo tiene funciones clave como trabajar de la mano de todos los involucrados y generar relaciones benéficas para la organización.
El aspecto que mayores retos genera en este tipo de liderazgo es lograr una correcta respuesta por parte de todos los colaboradores y enfocar sus esfuerzos hacia un mismo objetivo.
El tipo de liderazgo de “dejar hacer” es único en su tipo, pues cede total autoridad a los colaboradores.
De acuerdo con esta visión, las diferentes áreas e individuos de la organización tienen mínima o nula interferencia de sus superiores.
Desgraciadamente, y a pesar que existe uno que otro caso de éxito, la realidad muestra que es uno de los tipos de liderazgo menos efectivos, pues carece de control y guía hacia los objetivos de las empresas.
Puede que este método sea difícil de comprender para el mundo empresarial; sin embargo, puede aportar beneficios a diversas funciones sociales.
La principal figura de este tipo de líderes: Mahatma Gandhi.
Los facilitadores son un estilo de líderes de quienes las empresas se pueden beneficiar en gran medida.
El gran reto reside en saber dominar la técnica y no caer en errores comunes.
En este modelo, la efectividad de trabajo va estrechamente relacionada con la efectividad en los procesos.
Dicho de otra forma, un líder facilitador usa sus conocimientos para volver más simples las tareas de sus grupos de trabajo o proyectos.
Entre sus acciones clave destacan la generación de grupos de trabajo (focus groups), el monitoreo de los mismos, sugerencias al proceso e intervenciones para mantener por el carril correcto a sus colaboradores.
El mejor ejemplo de este tipo de liderazgo es Google y la manera en que organiza a sus colaboradores según aptitudes, proyectos y gustos personales.
Puede que este tipo de liderazgo suene bastante común, ya que es el que se basa en el mantenimiento del status quo de la empresa.
Calma, calma, ahora lo explico.
Este estilo de liderazgo se enfoca en generar expectativas, brindar retroalimentación y centrarse en la planeación.
Así, el líder transaccional puede ser el que comúnmente encontramos en la mayoría de empresas.
Seguir el proceso y conocer lo que se espera de cada grupo de trabajo e individuo es clave para cumplir con las expectativas depositadas en el líder.
Una de las características que no se puede pasar por alto es la recompensa (inmediata o posterior) hacia los colaboradores.
Así de claro: existe un objetivo y un beneficio por cumplir con él. Como ejemplo de este tipo de líderes están: Josep Guardiola, Sir Alex Ferguson y Bill Belichick.
Esta categoría representa un reto en específico: no confundir el carisma con la popularidad de un líder.
Al hablar acerca del liderazgo carismático se hace referencia a una persona que se involucra en la transformación de sus colaboradores, sus valores y formas de trabajo.
La idea de contar con un líder carismático es gestar o transformar la normatividad y orientación de distintas estructuras y enfocarlas hacia acciones deseadas por parte de la compañía.
Así, el líder proyecta sus fortalezas y virtudes para que sean tomadas como bandera respecto a los objetivos que se quieren conseguir.
Algunos personajes destacados de este tipo de liderazgo: Narendra Modi, Nelson Mandela y Eva Perón.