Siempre hay situaciones o problemas que requieren de creatividad. Afortunadamente existen las sesiones de lluvia de ideas o brainstorming que, además de ayudarte a obtener propuestas, logran que los participantes se diviertan un poco.
Si estás interesado en generar sesiones de lluvia de ideas, este contenido te será de gran ayuda. Hemos incluido 19 técnicas y 4 ejercicios para empujar la creatividad.
Utilizar e incorporar este elemento en la rutina laboral puede significar grandes beneficios para tu equipo de trabajo.
Dicho esto, una lluvia de ideas te ayudará, entre otras cosas, a generar un clima laboral favorable para desarrollar y hacer que tus colaboradores se centren en el trabajo que más importa.
Antes de seguir vamos a revisar la definición.
El concepto de lluvia de ideas o brainstorming hace referencia a un proceso didáctico práctico a través del cual se busca incentivar la creatividad mental en torno a un tema en específico.
Sí, como su nombre lo indica, una lluvia de ideas pone de manifiesto un trabajo donde se busca un pensamiento rápido y espontáneo para verter las ideas de cada uno de los participantes y relacionarlas con un tema previamente definido.
Cada vez es más común que los espacios de trabajo incorporen nociones de procesos colaborativos y creativos para reforzar el trabajo en equipo.
La noción de lluvia de ideas encapsula varios puntos clave para fomentar la participación en los espacios de trabajo, ayuda a democratizar la información y amplía la comunicación entre colaboradores.
Como dice el viejo refrán: Dos cabezas piensan mejor que una.
Imagina el potencial de tus colaboradores trabajando al unísono: serían imparables.
Resolver un problema mediante estrategias creativas no solo se reflejará en una mejora de tus procesos internos, sino que contribuirá a generar una visión holística de un tema en particular.
Al involucrar a distintas áreas en la resolución de un problema (a través de un proceso creativo como el sugerido) se logrará brindar una solución que abarque un gran número de segmentos.
La contribución de todas las áreas generará un resultado que englobará la mayor cantidad posible de puntos de vista, robusteciendo la propuesta de esta forma.
Este proceso, menos estructurado y rígido que otras herramientas didácticas, permite generar soluciones aplicables a los procesos o resultados de la compañía.
Por ejemplo, tal vez se busca mejorar el proceso de facturación de una empresa de retail.
Si bien es fundamental escuchar la retroalimentación del área en cuestión, es igualmente importante atender las necesidades o los puntos de vista tanto de los vendedores, como del transportista y de la dirección de la empresa.
Generar una lluvia de ideas con un representante de cada una puede poner de manifiesto procesos, necesidades o acciones que no se tenían contempladas e incorporarlas al plan".
La lluvia de ideas posee varias características y elementos que debes considerar para ponerla en práctica. Te digo los más importantes.
Es importante que durante este proceso haya un moderador a cargo, que dirija la sesión para que no se pierda el objetivo de la lluvia de ideas.
Todos deben poder participar sin que haya conflictos o puntos muertos. Además, se deben registrar todas las ideas que surjan.
Antes de llevar a cabo una lluvia de ideas, se debe plantear un objetivo.
Puede ser superar un obstáculo, responder una pregunta o lo que sea que se necesite. Así el proceso será eficiente.
Las sesiones para esta actividad deben estar limitadas en tiempo. Así no habrá desviaciones del foco y se aprovechará al máximo cada una de las sesiones.
No hay un mínimo o máximo, pero de preferencia no debe haber más de 10 o 15 personas para que no lleve demasiado tiempo y la información no se pierda.
Otra característica de la lluvia de ideas es que no se admiten críticas a las propuestas.
La intención es activar la creatividad de los participantes, por lo que deben sentirse cómodos y libres de expresarse sin ser juzgados.
Poner en marcha una lluvia de ideas puede traer muchos beneficios a nivel empresarial y personal.
Algunos de los más importantes son:
1. Obtienes muchas ideas, de las cuales al menos un par será muy valiosa para solucionar un problema o poner en marcha un proyecto.
2. Permite tener una dinámica de trabajo más abierta al darse dentro de un tiempo o momento extraordinario del día a día.
3. Permite crear un ambiente de confianza entre los miembros de una empresa al saberse escuchados y considerados.
4. Promueve la crítica constructiva, es que clave para que las acciones y actividades de los equipos estén bien encaminadas.
5. Ayuda a evitar sesgos respecto de los puntos de vista particulares. Así se abre el panorama dentro de tu empresa.
Ahora veamos el lado negativo que pueden tener las lluvias de ideas.
1. Es necesario tener una buena planificación para las ideas realmente aporten y no sea solo una pérdida de tiempo.
2. Si no se tiene el enfoque pertinente, puede haber distractores que provoquen que las ideas no vayan hacia el tema que compete.
3. Es probable que solo participen unos cuantos miembros, mientras que otros permanecerán pasivos por miedo o flojera a involucrarse.
4. Sin una buena dirección, puede tornarse una batalla campal por ver quién tiene la razón, desviando la atención de lo importante.
El cerebro humano se alimenta y retroalimenta de ideas.
Entre más aportaciones surgen dentro de un equipo de trabajo, más se activa y la creatividad se genera. En cambio, cuando se trabaja de forma individual, es más sencillo que haya bloqueos.
Por eso, cuando hay un problema al que se quiere dar solución, no hay mejor herramienta que la lluvia de ideas.
Quizás algunas ideas suenen descabelladas y no funcionen, pero conforme pase el tiempo y se desarrolle la dinámica, serán más y más valiosas.
El brainstorming es una herramienta creativa que permite que la mente fluya en ambientes relajados y surjan ideas increíbles.
Para empezar, necesitarás lo siguiente:
Si bien la lluvia de ideas incorpora distintas técnicas para lograr sus objetivos, es común que dicho ejercicio didáctico presente algunas barreras o limitantes que pueden convertirse en un problema si no se resuelven adecuadamente.
Invertir los papeles es una excelente idea para sacar todo el lado creativo de tus colaboradores.
Normalmente se pide a los participantes hacer una lluvia de ideas para resolver un problema o brindar soluciones respecto a una cuestión específica.
Si bien estos ejercicios tienen un gran poder para analizar el problema, también pueden servir para detectarlo.
Ahora, si lo que quieres es propiciar una situación dentro de la compañía, una de las mejores herramientas a tu disposición es una lluvia de ideas inversa.
En estas sesiones se pide a los colaboradores concentrarse en un caso y brindar formas extraordinarias para causar un problema.
Tranquilo, no quiere decir que tu compañía se va a llenar de preocupaciones.
Al contrario, causar un problema es el principio para prever las acciones que lo resolverán.
La estrategia de lluvia de ideas inversa es una excelente forma de activar a tus colaboradores para afrontar situaciones futuras o prepararse para los retos que siempre planeta el mercado laboral.
La gestación de un problema como parte de tu estrategia te mostrará la manera en que tus colaboradores reaccionan frente a un reto y los diferentes acercamientos que cada área tiene respecto a un punto en particular.
Con esta técnica de lluvia de ideas inversa podrás diseñar o redefinir una cierta estrategia y preparar a tus colaboradores para afrontar futuros retos.
Si lo que quieres es mejorar tu proceso de lluvia de ideas, puedes valerte de la utilización de mapas mentales para representar visualmente los procesos e ideas que nazcan de la dinámica.
De manera básica, lo único que debes de hacer es dibujar imágenes que te ayuden a relacionar las ideas entre sí.
Para comenzar puedes escribir tu objetivo o el problema a resolver.
Déjalo en claro y en un lugar que sea de fácil acceso para los participantes, por si alguno olvida cuál es la cuestión que están tratando de resolver.
En realidad, solo necesitan un pedazo grande de papel y plumones o marcadores de distintos colores para dar vida a las ideas que los participantes generen durante la lluvia de ideas.
Una pista... debido a la popularización de estos recursos, ahora puedes encontrar diferentes herramientas online que te ayudarán a elaborar diversos mapas mentales.
Si bien en este artículo se fomenta la utilización de recursos creativos, también se vale ser práctico cuando la ocasión lo amerita.
Las opciones son tuyas, así que elige la que mejor vaya con tu compañía.
Si lo que deseas es resolver un problema a través de una lluvia de ideas, este es uno de los mejores recursos que puedes utilizar para dinamizar el ejercicio y asegurar mejores resultados.
¿Qué tal si jugamos?
Como lo puedes ver, esta técnica no es más que buscar soluciones a distintos escenarios. Por decirlo de una forma, es ponerse los zapatos de una diferente situación.
Además, es especialmente útil si tu equipo se encuentra atorado en algún punto de la dinámica de lluvia de ideas.
Con su aplicación, te aseguras de brindar una oportunidad de repensar un escenario para dejar que las mejores ideas fluyan.
Muchas veces, tras estar un tiempo pensando o imaginando las soluciones a un problema, puede que tanto tú como tus colaboradores caigan en una grieta de falta de creatividad.
Para brindar una solución a estos momentos y tirar una soga para sacar a tu equipo adelante es importante incorporar elementos que fomenten el acercamiento desde un ángulo distinto.
No solo es una técnica; en realidad, se trata de plantear un reto que te ayude a solventar un bloqueo creativo o de ideas.
Retar puede ayudar a sacar lo mejor de tus colaboradores y, ¿por qué no? De ti.
Si un tema representa una gran complicación, una de las posibles soluciones puede ser asignar un rol a cada participante en la lluvia de ideas.
Así, te aseguras de obtener diferentes resultados y opiniones a partir de la definición de funciones.
De igual forma, esta es una excelente manera de generar distintas perspectivas respecto a un problema y verterlas en una solución totalizadora que abarque diferentes caras de la situación.
El round robin es un juego en el que todos pueden participar y es ideal para cuando hay más de 10 personas dentro de la lluvia de ideas.
Este tipo consiste compartir una idea y esperar a que todos compartan la suya antes de sugerir una segunda idea o intercambiar puntos de vista.
Es una excelente forma de alentar a las personas a hablar y participar dentro de la dinámica.
Es la manera más sencilla de hacer una lluvia de ideas.
El moderador tiene que presentar la problemática y los participantes comparten sus ideas, tal como llegan a su mente.
Es un método más visual. Se debe trazar una estrella y en el centro, escribir el desafío que se enfrenta.
En cada punto de la estrella, se tiene que escribir una de las siguientes palabras: quién, qué, dónde, cuándo, por qué, para qué y cómo.
Esto servirá como punto de partida para aportar las ideas y generar discusión.
Bajo este tipo, los participantes tienen tiempo para llevar a cabo su propio proceso creativo.
Todos tienen el mismo tiempo y su espacio para pensar en ideas y desarrollarlas para, después, compartirlas con el resto.
El método Gordon consiste en plantear un caso similar al que se quiere solucionar, pero sin dar demasiada información.
Con estos guiños, los participantes deben pensar que esa situación es real y deben obtener más detalles haciendo preguntas, compartiendo conclusiones o sugiriendo cosas.
De esta forma, nacen ideas al tiempo que se reconstruye la problemática.
Puede parecer curioso que para desarrollar un recurso didáctico apegado a la creatividad, como lo es una lluvia de ideas, se utilicen tácticas o estrategias que ayuden a fomentar la participación o dinamizar la estructura del ejercicio.
Todo tiene un fin, en este caso, no es diferente.
Dependiendo de los objetivos que hayas planteado antes de empezar la dinámica, los siguientes recursos pueden ayudarte a llegar a ellos.
Por más increíble que parezca, miles de colaboradores pueden enfrentarse a grandes barreras al expresarse a través del ejercicio de lluvia de ideas.
Aquí reside la importancia de conocer a tu equipo (sus fortalezas, virtudes y debilidades) y acercar las mejores soluciones para auspiciar el correcto desarrollo de la dinámica.
¡Sí! Es totalmente válido modificar o especializar los ejercicios didácticos con base en la conformación del grupo de colaboradores que participará.
Al contrario de lo que se podría suponer, esto puede representar el éxito o fracaso de la dinámica.
Una lluvia de ideas flexible funciona mejor que un ejercicio totalmente estático donde los participantes parecen estar atados por la soga de la formalidad.
Por supuesto, este paso es fundamental.
Antes de iniciar con la lluvia de ideas, establece cuáles serán los objetivos del juego. Procura elegir metas medibles, esto te facilitará las cosas al momento de comenzar a observar tus resultados.
Por ejemplo, si tu empresa se dedica a la manufactura de ropa, puedes apuntalar tus objetivos hacia la generación de nuevas ideas para confeccionar un vestido.
El siguiente paso dentro de la lluvia de ideas sería definirlos, estos pueden ser: encontrar tres nuevas tendencias en vestidos, elaborar dos bocetos para una nueva marca o, incluso, establecer las bases de los siguientes diseños.
El límite lo defines tú; al final de cuentas, nadie conoce mejor tu compañía ni tus objetivos.
Enuméralos, analízalos y elige los que mejor funcionen para abonar al éxito de la compañía.
Todo en la vida tiene principio y final.
Es importante recalcar el papel del tiempo en una lluvia de ideas.
Delimitar un plazo de acción es un punto clave para el éxito de la dinámica.
Primero, te ayudará a acotar la participación de cada uno de los miembros.
En segundo lugar, te brindará una excelente referencia del marco de acción para tomar en cuenta el lapso de participación por el número de colaboradores.
Si tu actividad lo demanda, puedes establecer un cronograma de actividades que te ayude a cumplir con los objetivos en la lluvia de ideas.
Calcula el tiempo de participación por cada uno de los colaboradores, las interrupciones, el número de temas a tratar, los espacios de participación colectiva y demás factores que puedan alterar el desarrollo de la dinámica y viértelos en una tabla para tenerlos en cuenta durante el desarrollo de la dinámica.
Una vez definidos los distintos aspectos de tu cronograma, viene la parte más importante: apégate a él y cumple con los parámetros establecidos.
En muchas ocasiones se pierden horas definiendo y estipulando cada segundo de la dinámica de lluvia de ideas, pero de nada sirve si dichos tiempos no se respetan.
A pesar de que pueden existir variaciones o ligeros ajustes al cronograma, es importante que se mantenga o se busque el mayor apego posible al calendario programado.
Elegir el grupo correcto de colaboradores para tomar parte en una dinámica, como la de lluvia de ideas, es uno de los factores más importantes para hacer de tus ejercicios de creatividad un éxito.
Está bien que quieras que toda la organización participe, pero no siempre es posible.
Los objetivos de las sesiones serán los que te ayudarán a definir qué perfiles de colaboradores necesitas.
Es decir, si la lluvia de ideas busca nuevas soluciones para el área de comunicación, será necesario que los involucrados tengan conocimientos respecto a los requerimientos del área, con el fin de que puedan participar activamente en el ejercicio.
Otro ejemplo es si el área de recursos humanos busca nuevas formas de generar atracción de talento: fundamental contar con varios puntos de vista para aprovechar la experiencia de todos en pro de un objetivo.
Así tu grupo se podría componer a partir de las cualidades que cada uno de los colaboradores seleccionados pone en la mesa.
Un mánager de comunicación aportará ideas para transmitir de mejor manera el mensaje.
Algún miembro del área contable podrá ayudar a integrar los mejores pasos para el proceso de contratación.
Algunas personas del departamento de recursos humanos podrán establecer las características para atraer a los mejores candidatos.
En muchas ocasiones, la correcta selección del grupo de trabajo es lo que puede asegurar el éxito o fracaso de la dinámica. Acota y selecciona.
Si bien la lluvia de ideas es un ejercicio que permite amplia participación de los colaboradores, es igualmente importante contar con un conductor que sirva de guía para la dinámica.
Esta figura de moderador ayudará a encaminar la dinámica de lluvia de ideas hacia resultados tangibles.
Su papel no consiste únicamente en regular la participación; además, es el encargado de orientar a los participantes y seleccionar las mejores propuestas para incorporarlas al plan.
El papel de moderador también representa un punto de inflexión en el desarrollo de la lluvia de ideas.
El correcto desenvolvimiento de sus funciones puede resolver, en gran medida, las dificultades o problemas que se presenten a lo largo de la dinámica.
El moderador debe ser consciente de los retos que se presentan en la lluvia de ideas, así como de los objetivos de la misma.
Es importante que conozca a fondo las diferentes actividades que cada uno de los participantes desarrolla y cómo pueden aportar al ejercicio.
Para ejecutar una buena lluvia de ideas es necesario que colaboren distintos equipos dentro de ella.
Si todos pertenecen a los mismo proyectos, asisten a las mismas reuniones y están siempre juntos, las ideas pueden ser muy parecidas, por lo que se pierde valor.
Lo mejor es que invites a miembros de diferentes grupos, que posean diferentes habilidades y experiencia. Así habrá más variedad en cuanto a perspectivas, y las probabilidades de generar ideas originales crecerán.
Sí, es necesario desestimar ideas que no son buenas, pero siempre teniendo en mente que no está mal haberlas tenido.
El moderador puede exponer, incluso, malas ideas para que todos se sientan seguros y en confianza, viendo que hasta él puede aportar ideas sin tanto valor.
Esto permitirá crear un entorno más positivo y las personas podrán expresarse libremente sin vergüenza y, por tanto, fluirán más ideas.
La metodología del análisis SWOT puede traer cientos de beneficios a tu organización. Este método te ayudará a conocer las fortalezas que tus colaboradores ven dentro de la compañía.
Por sus siglas en inglés, SWOT significa:
Realizar un análisis SWOT, como parte de una dinámica de lluvia de ideas, te brindará la posibilidad de conocer qué piensa cada uno de los participantes respecto a los procesos, la organización y las actividades que la empresa realiza.
Toma en cuenta que este análisis puede especializarse dependiendo del área o del problema que se trate.
Seguro te pasó una situación similar alguna vez: estabas en una junta de trabajo para aportar ideas al nuevo plan y, de repente, alguno de tus compañeros tuvo la peor idea posible en el mundo.
Todos en la oficina se miraron los unos a los otros y pensaron: “Dios, qué pésima idea”.
No obstante esta situación, ¿te sorprendería que estas acciones representen una excelente oportunidad para conseguir una solución creativa?
En primer lugar, vale decir que tener malas ideas es normal y, a veces, necesario.
Al final de cuentas, ¿cómo identificar las buenas ideas si no es en contraposición con las malas?
Lo importante no es que identifiques quién está aportando estas ideas; lo realmente valioso es saber aprovechar el output que suponen.
Así, lo realmente útil es valorarlas y aprender por qué no son una buena solución y decir no.
Deberás comenzar a dejar en claro cuándo una idea simplemente no funciona.
Esta racionalización te brindará la posibilidad de ahorrar tiempo en el proceso e identificar las partes más complicadas del problema.
¿Has escuchado de Spartan Race? Si no lo has hecho, te cuento rápido: es una carrera de obstáculos que pone a prueba y lleva al extremo las habilidades físicas de los participantes.
Esta modalidad de competición se ha vuelto extremadamente popular en los últimos años.
Al igual que estas competencias, el colocar obstáculos en una dinámica de creatividad es una gran forma de asegurarte de que cada uno dé lo mejor de sí mismo.
A diferencia de lo que muchos podrían pensar, esta técnica no vuelve tediosa o menos productiva tu sesión de lluvia de ideas.
Al contrario, ayuda a fomentar las ideas creativas e invita a los participantes a buscar distintos acercamientos al problema.
¿Cómo puedes hacerlo?
Sencillo.
Por ejemplo, si el fin de tu lluvia de ideas es crear una nueva estrategia de comunicación para un nuevo producto, uno de los obstáculos que podrías poner es que no se puede mencionar una o varias palabras.
También puedes limitar la paleta de colores de la marca o acotar los elementos que pueden componer el logo.
Cada uno de los obstáculos que incorpores te acercará a tener un resultado único y específico en esta nueva forma de aproximarte a la lluvia de ideas.
No todas las lluvias de ideas tienen que transcurrir de la misma forma.
Incorporar recursos didácticos a tu sesión te ayudará a mantener y centrar la atención de tus colaboradores.
Puedes valerte del recurso que consideres necesario. Busca generar impacto visual, acerca elementos que despierten la creatividad en tus colaboradores (libros, papel, colores, fotografías); cualquier elemento es bueno.
Valerte de recursos didácticos para la lluvia de ideas es una clara muestra de que el fin último de la sesión es despertar el lado creativo de cada uno de los participantes.
Seguro todos lo jugamos cuando éramos niños.
Los participantes se mueven al ritmo de la música alrededor de un número de sillas (siempre una menos que el número de participantes) y, cuando la música para, deben correr rápidamente para asegurar su lugar y continuar en el juego.
Este juego infantil puede ser incorporado, con algunas variaciones, como parte de una lluvia de ideas.
La dinámica es la siguiente: cada uno de los participantes coge un pedazo de papel y una pluma.
Al centro se pone un tema o problema a resolver; se determina un tiempo específico de tiempo, lo puedes hacer seleccionando una canción por participante; el tiempo de la canción será el que tengan los participantes para anotar su solución.
Al final, las hojas se leen en voz alta y, democráticamente, los participantes eligen las mejores; la que quede en último lugar, saldrá del juego y se continuará la dinámica durante la lluvia de ideas con los participantes restantes.
Uno de los recursos más importantes para que tu lluvia de ideas sea todo un éxito es generar empatía entre los colaboradores y el problema.
Si nadie tiene interés en resolver el tema, ¿qué soluciones te brindarán?
Fomenta la participación ordenada de cada colaborador durante la lluvia de ideas.
No hay nada peor que perderte en un mar de propuestas que no tienen principio ni final.
Generar un orden de participación es importante para asegurar el correcto andar de la dinámica.
Deja en claro cuál será el orden de participación y apégate a tu plan.
Si alguien quiere participar de forma repentina durante la lluvia de ideas no le niegues la oportunidad; asegúrate de brindar espacios de participación colectiva, además de los espacios individuales.
Si crees que tu lluvia de ideas no está teniendo el éxito que deseas porque los participantes no quieren compartir sus ideas, la solución es muy fácil: participar desde el anonimato.
Algunas de las mejores ideas suceden cuando los demás no saben que fuiste tú quien la propuso.
Para lograrlo puedes hacer que cada participante escriba su idea en una hoja en blanco y la deje dentro de una caja (que no sea transparente).
Después, una vez que haya concluido la dinámica de lluvia de ideas, solo tendrán que leer cada una de las propuestas y elegir la mejor.
Tal vez nadie nunca sabrá quién la propuso, pero sí tendrás una solución gracias a este ejercicio.
Las mejores respuestas se obtienen a través de las preguntas adecuadas.
Esta máxima deja en claro que no solo es importante buscar soluciones; a veces, la verdadera riqueza se obtiene al hacer la pregunta adecuada.
Una lluvia de preguntas es una vuelta a la clásica lluvia de ideas.
A través de las dudas de los participantes se puede llegar a una gran solución.
Ya te lo dijo tu entrenador: hacer ejercicio sin un calentamiento previo puede tener graves consecuencias a la salud.
En este caso es lo mismo: la salud de la lluvia de ideas puede verse afectada si nadie está preparado.
Calentar significa, en este caso, hacer una ronda de práctica de cómo será la lluvia de ideas para asegurarte de que todos los colaboradores están alineados y preparados para el momento que más importa.
Puedes elegir un tema sencillo o dejar un tema libre para que elegir el que mayor comodidad genere.
No todas las ideas van a cambiar al mundo, eso es un hecho.
Eso no quiere decir que no tengan algo valioso que ofrecer.
Valora las aportaciones de cada uno de los participantes y busca los puntos fuertes en sus opiniones.
Alentar a tu equipo es la mejor forma que tienes para brindarles la confianza de seguir participando y cerrarse a diferentes respuestas.
Todos nos equivocamos, pero no hay mayor error que demeritar las opiniones de los demás.
El silencio también es valioso. Y en una sesión de lluvia de ideas toma más valor.
Puede usarse ese tiempo o esos momentos para reflexionar sobre las propias ideas y mejorar las propuestas.
Además, puede incentivar a los participantes a dar puntos de vista para romper esos momentos incómodos.
Los espacios presenciales son buenos, pero también los canales digitales pueden permitir desarrollar una buena lluvia de ideas.
Incluso, algunas sesiones pueden ser más eficaces si se realizan a distancia.
Existen diferentes plataformas que te permiten llevar a cabo estas dinámicas, como Slack o Google.
Si las cosas no están fluyendo en el brainstorming, puedes optar por algún juego espontáneo.
Esto ayudará a relajar a los participantes, quienes se sentirán más cómodos y comenzarán a aportar más ideas.
Solo recuerda tener el foco en lo importante para que no se pierda el objetivo de esta tarea.
Ahora que ya tienes un panorama más claro respecto a cómo comenzar con tu lluvia de ideas, te recomiendo incorporar algunos de estos ejercicios para volver más dinámica la actividad.
Muchas veces cuesta que la inspiración llegue hasta nuestra cabeza. Da un impulso a la creatividad a través de elementos que ayuden a liberar todas las ideas.
Garabatear puede que no parezca la mejor solución, pero ayudar a distraer la mente es una excelente opción para dejar que las propuestas fluyan en la lluvia de ideas.
Asegúrate de dejar hojas de papel y colores al centro de la mesa y no estipules un tiempo o momento preciso; deja que tus colaboradores elijan el momento que necesitan para interactuar con los elementos.
Una excelente técnica para hacer fluir las sugerencias durante la lluvia de ideas es jugar.
¿Alguna vez escuchaste del juego de basta? La idea es que los participantes compitan por solucionar una serie de conceptos en un tiempo límite.
Este ejercicio te ayudará a especificar los rubros que realmente quieres abordar durante la lluvia de ideas (debes definirlos con anterioridad) y encaminar a los participantes hacia su solución.
Establece un tiempo límite y que comience con el reto.
Por supuesto, el primero en terminar deberá gritar “basta” para que todos los demás se detengan.
Trabajar bajo este tipo de presión puede abrir brecha en generar nuevas oportunidades o aproximaciones hacia el tema.
Antes que todo, asegúrate de que no esté cargada el arma.
Ok, mejor evitemos el uso de cualquier tipo de armamento.
Jugar ruleta rusa no tiene que ser un acto mortal en la versión para lluvia de ideas.
Para incorporar este ejercicio a tu lluvia de ideas deberás otorgar un corto lapso a cada participante para dar su idea, y la que se encuentre más lejana al objetivo o no incorpore los elementos previamente señalados saldrá del juego.
Este método de descarte te asegurará ir puliendo la idea hasta contar con una propuesta sólida que incorpore distintos elementos y recoja parte de las propuestas que todos han vertido en el ejercicio.
Generar una escalera de ideas es una de las formas más eficientes para definir una gran propuesta a partir de diversas ideas.
Puedes empezar con un pequeño escalón, el núcleo de la idea o las bases del ejercicio e ir escalando hasta delinear una estrategia completa.
Tú defines el alcance o la profundidad que desees lograr, pero no olvides que cada escalón debe sumar elementos para especializar la idea.
Ahora ya estás listo para disparar la creatividad en tu equipo y encontrar soluciones nuevas y frescas para las áreas de oportunidad que tengas.
Pon en práctica lo aprendido aquí y cuéntanos los resultados.
Puede haber cierto misterio si deseas, pero es importante que des algún antecedente, si no, no tiene sentido y puede ser contraproducente.
Una lluvia de ideas sin un objetivo claro expreso puede provocar que se pierda tiempo resolviendo dudas que pueden aclararse antes.
Con la claridad de la actividad, será más fácil que las ideas fluyan y las soluciones lleguen más rápido.
Está bien que no todas las ideas serán buenas, es parte de la dinámica, pero definitivamente NO se trata de poner peros a todas ellas.
Si algún participantes de la lluvia de ideas no para de desestimar lo aportado por los demás, será mejor que no participe.
Las personas tienen que sentirse cómodas para compartir lo que se les ocurra y este proceso requiere cierto calentamiento; no es automático.
Con el paso del tiempo, las ideas serán cada vez mejores, así que no dejes que alguien eche a perder la lluvia de ideas.
Durante la dinámica, no tiene que haber interrupciones continuas. Para ello, es necesario un buen moderador, que haga que fluyan las ideas sin entorpecimientos.
También es importante que en la lluvia de ideas participe un número ideal de personas. Ni más ni menos.
Así los puntos de vista convergerán y se nutrirán desde un ambiente sano y relajado.
En una lluvia de ideas habrá muchísimas opciones, pero la realidad es que no todas serán valiosas.
Si hay más de 100 ideas, solo unas 2-3 serán opciones a considerar, pero es importante que haya al menos ese par.
En la revisión final, deben identificarse esas ideas.
Finalmente, para que haya una buena lluvia de ideas, deben ponerse en práctica aquellas que fueron seleccionadas como mejores.
Si ninguna idea trascendió, entonces, no fue una dinámica correcta y solo perdiste tiempo.
Ahora pongamos en práctica algunas de las técnicas y tipos de lluvia de ideas para que quede más claro cómo puedes usarlos.
En una cafetería de renombre están buscando crear una bebida para Octubre, que sea distinta a lo que ofrecen en la competencia.
¿Quiénes participan?
Baristas, equipo de marketing y clientes fieles.
Estos personajes tienen que sumar con sus ideas en el mapa mental, siendo guiados por el moderador.
Así tenemos que pueden surgir opciones como: café de sabores fuertes como cacao, moca, calabaza, con elementos como caramelo, o infusiones con romero, manzana, canela, etc.
Asimismo, pueden aportarse ideas sobre qué ayudaría a tener más opciones, como capacitaciones, herramientas extra, y más.
Propuesta inviable: dedicar un mes a cursos de baristas.
Propuesta viable: comprar equipo para integrar sabores de forma más profesional al café o a las infusiones o capacitar a baristas en la temática prevista.
Este método permite obtener ideas a partir de la respuesta a las 7 preguntas que ya te dije en el apartado correspondiente: qué, cómo, por qué, para qué, dónde, cuánto y quién.
Ejemplo o problema: quieres sacar una nueva marca de cosméticos al mercado.
Participantes: equipo de marketing y de ventas
Planteamiento: ¿Quién es el cliente potencial? A partir de esa interrogante, surgen otras como: ¿qué característica tiene el cliente potencial?
Y así con todas las demás. De esta forma, tendremos una idea clara sobre el mercado al que nos enfrentamos.
Solo ojo: este método de lluvia de ideas no es bueno para elaborar una estrategia. Debes combinarla con otras tipologías.
Problema: poco interés de los colaboradores hacia las actividades extracurriculares de la empresa.
Participantes: recursos humanos, directores y coordinadores.
Ante el poco interés o la poca participación de todos los colaboradores en las actividades recreativas de la empresa, los altos mandos deben identificar qué causa el problema.
Se plantean escenarios inviables y viables sobre las razones y se pone énfasis en estos últimos, que pueden ser: poco atractivos para ellos, poca energía para dedicar tiempo, problemas para trasladarse al sitio donde se desarrollan, etc.
Propuestas o soluciones: consultar con ellos directamente qué les gustaría hacer y cómo, rentar transporte para que los trasladen al sitio y los devuelvan, proponer eventos solo cada cierto tiempo.
Este tipo de lluvia de ideas es la más común y puede aplicarse a muchos escenarios o problemas. Veámosla en acción.
Problema: eres médico, tienes un paciente, pero no sabes exactamente qué tiene a pesar de que puedes detectar los síntomas.
Participantes: médicos especialistas que conforman tu equipo de trabajo.
Empieza reuniendo a todos en una sala apartada y que otorgue privacidad.
Como médico a cargo, tienes que escribir todos los síntomas que has podido detectar en el paciente.
Enseguida, pide a tu equipo que sugiera posibles diagnósticos, basándose en los síntomas.
Comienza la lluvia de ideas y, al haber sugerencias que no concuerda con los síntomas, se descarta en primer momento aunque no por completo.
Cuando las ideas alcanzan la perfección, se lleva a la conclusión y se ponen a prueba las opciones para ver cuál fue la correcta.
Esto se usaba mucho en la serie Dr. House y aunque es ficción, sirve perfectamente en un escenario real.
Como has podido ver, las lluvias de ideas pueden ser excelentes para obtener soluciones o nuevas propuestas que empujen a tu empresa al éxito.
Solo tienes que preparar muy bien el ambiente y tener los pasos definidos para que no haya pierde durante la ejecución.
Cuéntame ¿has implementado esta herramienta en tu empresa? Si no lo has hecho, ya tienes muchas opciones, así que ¡manos a la obra!