Vivimos en un mundo muy acelerado donde la economía, la sociedad y la cultura están en constante cambio. Y es preocupante cómo la comunidad está en total desunión, un sector de la conciencia común está interesada por el planeta y el restante piensa en su beneficio propio.
Nos hemos convertido en una sociedad individualista que se mueve por el lucro y la comodidad. La cruda verdad que debemos enfrentar es que, en el gran orden de las cosas, cualquier superfluidad tiene más valor que el desgaste de los recursos naturales.
Lo anterior se ha convertido en una amenaza latente para los seres vivos que habitan este planeta, siendo nosotros, los humanos, la única especie que está destruyendo el ecosistema.
Esto nos lleva a reflexionar sobre las actividades que más contribuyen a este problema, siendo una de ellas el diseño gráfico pues, si lo piensas por un instante, todo a nuestro alrededor requirió forzosamente de un diseñador: tus tarjetas bancarias, el empaque de tus galletas de la mañana, la agenda que llevas diario a tus juntas y la lista es inmensa.
Nunca nos detenemos a pensar el impacto que tienen los productos que usamos en nuestra vida cotidiana. A partir de este proceso reflexivo, es posible tomar decisiones conscientes que generen cambios a un nivel ecológico importante.
Nuestra responsabilidad es darle la vuelta a esta situación. Por ejemplo, yo, como diseñadora gráfica, tengo el compromiso de plantearme las preguntas: ¿cuál es el impacto ambiental de mi trabajo? y ¿de qué manera puedo reducir ese impacto?
Responder la primera pregunta puede parecer un tanto complejo, pues son diversas las formas en las que un diseñador contamina, desde el uso de la computadora hasta la producción masiva de sus artes; por lo tanto, es importante pensar en reducir el impacto ambiental de nuestro trabajo por medio del diseño sustentable.
Primero, hablemos de la palabra sustentable por sí sola. Parece no existir una definición muy concreta, pues hay una disparidad entre la sustentabilidad y las acciones que se realizan bajo el nombre de sustentable.
Últimamente se cree que todo lo verde y lo eco es sustentable, pero la verdad es que esta palabra va mucho más allá de lo que creemos.
La primera vez que fue utilizada en un entorno ambiental fue en el Informe Brundtland por la doctora Gro Harlem Brundtland, quien definió el desarrollo sostenible o sustentable como:
Aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones.
Lo que implica que exista un equilibrio entre el desarrollo económico, el social y el ambiental.
Ahora bien, el diseño gráfico sustentable es el desarrollo de contenidos visuales teniendo en cuenta siempre el impacto ambiental y social de cada pieza.
La disciplina del diseño gráfico, como ya dije, es una de las más contaminantes que existen y, para demostrar la gran responsabilidad que tenemos los diseñadores en nuestras manos, el Design Council, en su Annual Review del 2002, estimó que el 80% del impacto ambiental de diversos productos, servicios e infraestructuras se gesta durante las primeras etapas de diseño.
¡OCHENTA POR CIENTO! Una cifra enorme a la que nosotros, como profesionistas, tenemos la oportunidad de darle la vuelta; de ahí que exista una luz en el camino.
Es momento de que, como diseñadores, pensemos más allá de lo que nos han enseñado hasta ahora.
Debemos investigar los materiales a fondo, conocer su proceso de fabricación, sus componentes, su impacto ambiental y social en todas las etapas de su vida, pues actualmente ya no es suficiente que sea estético, es necesario diseñar responsablemente.
Desde el momento en que comiences a bocetar, debes tomar en cuenta que si tu diseño está muy saturado, va a resultar contraproducente para el medio ambiente. Recuerda que, a veces, menos es más y elige fuentes que ahorren tinta.
Un ejemplo es la tipografía Ryman Eco, pensada por la agencia de publicidad Grey London y Ryan, una papelería; ambas procedentes del Reino Unido para reducir el consumo de tinta.
Ellos afirman que si el mundo entero imprimiera con dicha fuente, el ahorro resultante sería de casi 500 millones de cartuchos de tinta y 15 millones de barriles de petróleo cada año. Esto, solo para dejar en claro cómo impacta la simple acción de seleccionar una fuente tipográfica.
Asegúrate de que la empresa que se encargue de reproducir tu trabajo entienda tu visión, para que sepas que el proceso de fabricación va a ser sustentable; desde los recursos humanos que utilizan, hasta el gasto energético y las emisiones de gases que implica la materialización de tu idea.
Cuando te enfrentes a la decisión de escoger un soporte, opta por orgánicos, ecológicos, que su fuente sea renovable o uno reciclado.
Siempre investiga si cuentan con una certificación que avale que es un producto amigable con el medio ambiente durante todo su ciclo de vida.
Si hablamos de papel como soporte, es importante que sea un papel ecológico, libre de cloro y que su elaboración sea respetuosa con el medio ambiente.
En cuanto a tintas, selecciona todas aquellas que sean vegetales; evita las que contienen petróleo y alcohol, como lo son las fluorescentes y metálicas.
Para los barnices, la mejor opción son los que su base es el agua o aceites naturales.
¿Realmente es necesario que para una campaña política se impriman miles de millones de pancartas para promocionar un partido?
Y esto es un llamado a las empresas que se encargan de tomar estas decisiones.
Tan solo en las elecciones del 1 de julio de 2018, se registró un estimado de 17 mil toneladas de basura.
Es importante señalar que esta cifra se vio disminuida en comparación con las elecciones que le anteceden con una cifra de 47 mil toneladas, señaló la Fundación México Sustentable A.C.
Esto, como resultado de las normas establecidas por la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
Y aquí la pregunta es…
¿Es necesario seguir produciendo masivamente publicidad?
En un mundo tan globalizado y tecnológico como el que vivimos puede resultar más viable el marketing digital para resolver esta necesidad de comunicar.
Sí, es una realidad que sacar tu iPhone nuevo de una caja diseñada a la medida, con gráficos impactantes, es sumamente placentero...
Pero... ¿es realmente necesario?
Lo indispensable hoy en día es reducir al máximo el empaque y usar materiales ecológicos.
Finalmente, lo que va a usar la persona va a ser el objeto en sí, por lo que hay que desnormalizar el uso de tantos empaques “bonitos” y comenzar a diseñar pensando en la vida útil de todo el producto.
Reduciendo el volumen de nuestros productos, disminuimos la emisión de gases, pues ahorramos en traslados, lo que también refleja un ahorro económico.
Es importante que pienses en todo el proceso por el que va a pasar tu producto, para que así puedas decidir el camino más viable en cuanto a sustentabilidad.
Pero en este punto haré más énfasis en cuanto a lo que sucede después de que termina la vida útil del producto: ¿se puede reciclar? ¿reutilizar? ¿biodegradar? ¿qué le espera a tu cartel, folleto, empaque después de cumplir su objetivo?
No puedes dejar estas preguntas sin resolver. Debes pensar en absolutamente todo lo que implica crear un objeto.
Finalmente, podemos concluir que es momento de tomar consciencia de la responsabilidad que recae sobre nosotros los diseñadores. Existen estas y un sinfín de posibilidades para crear diseños sustentables.
Está en nuestras manos actuar para crear un cambio sustancial, ecológicamente hablando.
El diseño gráfico sustentable es una realidad hoy en día. Solo debemos detenernos a pensar por un instante si las acciones que realicemos hoy en torno al medio ambiente son las pertinentes para nuestro futuro y las próximas generaciones.