El logotipo es un diseño gráfico que representa la imagen corporativa y la identidad visual de una marca. Existen muchas formas y estilos para crear logotipos; algunos se han puesto muy de moda en determinados sectores.
En este artículo te explicaré cada estilo, lo que debes considerar y el paso a paso para lograr un logotipo que verdaderamente refleje los valores de tu empresa.
No todo es un logo
A pesar de que la palabra logotipo, en inglés “logotype”, se ha asociado solo a la formación visual de la marca, el logo, en su forma más generalizada, engloba todo lo que se refiera a la identidad visual corporativa.
Existen diferentes términos dentro del diseño que suelen confundirse y englobarse en la palabra logotipo, pero es importante entender que no todo se llama logo.
Marca comercial: Las marcas comerciales o marcas gráficas son logotipos formados por un símbolo o icono gráfico. Este elemento podría contar la historia de su empresa. Piensa en el botón de reproducción de YouTube o tal vez juega con el nombre de tu empresa.
Isotipo: Se traduce al inglés como brand mark y es la parte simbólica de la marca; esta la puedes reconocer aun sin texto.
Logotipo o logo: Traducido al inglés como word mark, se refiere exclusivamente al diseño tipográfico que se identifica únicamente por el texto.
Imagotipo: Traducido al inglés como combo mark, hace referencia a cuando se combinan imagen y texto; sin embargo, también pueden funcionar por separado.
Isologo: Se traduce al inglés como emblem. El texto y el ícono conforman un todo y estos no pueden funcionar por separado.
Siglas, anagramas, monogramas, pictogramas o firmas: Clasificados dentro del grupo de los isotipos, su naturaleza es flexible, ya que enfatizan la palabra, pero no necesariamente en el nombre completo. Se conoce en inglés como letter mark.
Mascotas: Las mascotas son imágenes de un personaje o persona que actúan como una representación visual de una empresa.
Logotipo emblema: Los emblemas han resistido la prueba del tiempo; desde los escudos familiares hasta los sellos reales de poderosos monarcas. Estos logotipos consisten en un tipo de letra que se encuentra dentro de un borde, generalmente un sello o un escudo.
Marcas dinámicas: A diferencia de otros logotipos, este tipo de logotipo se adapta al contexto en el que se utiliza. Esto significa que, en lugar de tener una combinación estándar de fuente, color y texto en su logotipo, estos elementos pueden cambiar, sea en internet o en diferentes materiales de marca.
Qué tomar en cuenta cuando haces un logo
Muchas veces creemos que basta con que un logo se vea bien, pero existen otros parámetros a considerar antes de elegir el que más te conviene.
Legibilidad: tu logo debe ser legible cuándo y dónde lo apliques. La calidad gráfica debe asegurar que se defina a sí mismo y que sea identificado de manera rápida.
Para esto, primero debes preguntarte bajo qué circunstancias se utilizará: qué tan pequeño debe ser, cuántos colores puedes usar, qué tan detallado puede ser.
- Simplicidad: recuerda que en el diseño “menos es más”, sobre todo si hablamos de logos, ya que como lo mencioné en el punto anterior, es fundamental que sea legible y, entre menos detalles innecesarios tenga, será más fácil de identificar.
- Poder de retención: es importante que los usuarios puedan recordarlo, identificarlo y diferenciarlo de la competencia.
- Descripción: aunque en muchos casos no es posible, un logotipo debe describir o sugerir la naturaleza de la compañía. Siempre debemos hacernos la pregunta: ¿el logotipo parece de una farmacia o un restaurante?
- Perdurable: un logo bien hecho no debe modificarse constantemente, por eso te recomiendo no guiarte por un estilo que esté de moda. Recuerda que "Lo que funciona bien es mejor que lo que luce bien, porque lo que funciona bien, perdura".
- Aplicación: debe poderse usar en todas las aplicaciones deseadas, como playeras, portafolios, lápices, una tinta, impreso y digital.
- Identificación: para los clientes, este punto es el más importante. Si bien es importante, no es EL MÁS IMPORTANTE. Como diseñadores, debemos preguntarnos… ¿Gustó el resultado del logo?, ¿los empleados se sienten cómodos y representados?, ¿pueden recordarlo?
Pasos para hacer un buen logo
No existe una fórmula o manera correcta que garantice cómo hacer un buen logo; sin embargo, a lo largo de mi carrera he adoptado un método que me ha sido muy útil y hoy quiero compartirlo contigo.
- Escuchar al cliente: lo primero que debes hacer es hablar con tu cliente, entender qué es lo que busca, el mercado al que pertenece, en dónde se va a aplicar el logo, algún elemento o color que quiera conservar, para poder emitir alguna opinión y asesorarlo de la mejor manera.
- Investigar: ya que tienes toda la información sobre tu cliente, investiga lo más que puedas sobre su nicho, su competencia y las características del mercado.
- Inspiración: busca inspiración. Analiza los logos de la competencia y qué colores y elementos usan; tal vez ellos saben algo que en tu investigación no viste.
- Bocetos: ahora sí, teniendo toda esta información, es momento de comenzar a trazar tus ideas. Recuerda que no debes enfocarte en un solo estilo; experimenta y combina toda la información que juntaste, pero siempre pensando en las necesidades de tu cliente.
- Digitalizar: si tu forma de bocetar es directamente en la computadora, tal vez te sea más fácil este proceso. De ser posible, justifica geométricamente tus trazos. Esto realmente no le importa a tu cliente, pero el resultado visual será mucho mejor.
- Aplicaciones: asegúrate de que puedas implementar tu logotipo en diferentes formatos, tamaños, a una o varias tintas, digital o impreso.
- Presentación: el proceso no finaliza cuando terminas de digitalizar tu logo, lo ideal es que se lo muestres a tu cliente y lo ayudes a visualizar tu trabajo.
Conclusión
No importa si eres diseñador o un cliente, estos conocimientos te ayudarán a elegir de mejor manera qué logo te conviene más.
Podrás entender por qué no podemos hacer realidad algunas peticiones de los clientes en pro de la funcionalidad del logo. A veces, tenemos que sacrificar lo que queremos por lo que funciona.